Bangkok, la vibrante capital de Tailandia, es como una blanca perla en el corazón del verde sudeste asiático. Con sus más de diez millones de habitantes, es una urbe llena de contrastes, tradicional y cosmopolita a la vez. En ella conviven los ultramodernos rascacielos de cristal coronados de bares y restaurantes panorámicos, con los más de 400 exóticos templos budistas llenos de oro y joyas presentes en toda la ciudad.
En sus calles se cruzan elegantes ejecutivos de las empresas internacionales, con los austeros monjes budistas envueltos en sus túnicas de azafrán pidiendo limosna; o los tradicionales rikshawsimpulsados por la fuerza de un hombre, con el futurista sky train, que parece volar libremente por encima del intenso tráfico vehicular.
Contrasta el bullicio multicolor de sus tradicionales mercados flotantes llenos de flores y frutas y con el shoppingde alto nivel en el centro comercialMakboonkron, de ocho niveles y más de dos mil tiendas, considerado el más grande de la región. Sorprenden los excesos nocturnos de Soi Cowboy, la famosa zona roja en la que reina el neón y los altos decibeles de los antros, con la tranquilidad diurna del parque Lumpini, 58 hectáreas de pasto y veredas arboladas en el centro de la capital, donde se respira aire puro, se practica el yogay el tai chio se disfruta de un paseo por su hermoso lago lleno de aves acuáticas. Bangkok, conocida entre los tailandeses como “la ciudad de los ángeles” es la esencia del sureste asiático, poseedora a la vez de una profunda espiritualidad, una rica cultura tradicional y una economía que crece y sorprende continuamente.