Turquía ha sido desde tiempos inmemoriales un cruce de caminos y de culturas entre Asia y Europa. Por su territorio han pasado a través de los siglos mongoles, griegos, romanos, árabes, formando el crisol racial y cultural que es la Turquía contemporánea, país rico en historia, gastronomía, museos, mezquitas y bazares.
Empezamos nuestro viaje en Estambul, la única ciudad desplegada entre dos continentes. Para darnos una idea general de la ciudad, lo primero es embarcarnos en un crucero turístico por el Estrecho del Bósforo, en un recorrido de un par de horas en el que admiramos el paisaje con cantidad de mezquitas, palacios y torres. Después, caminamos plácidamente por el famoso Puente de Gálata, en búsqueda de un lugar donde comer. Hay muchos barcos amarrados al puente, convertidos en románticos restaurantes que se mecen suavemente con el oleaje. En uno de ellos nos sirven mariscos y pescado recién sacados del mar. Todo acompañado de un buen vino blanco… Por la tarde, nos adentramos en el Barrio Beyoglu, con sus estupendas vistas al mar y a la parte de la ciudad conocida como el Cuerno de Oro. Entre sus calles encontramos infinidad de tiendas, galerías de arte y lugares donde degustar un baklaba, dulce típico con un té de manzana o un café turco. Puedes disfrutarlos fumando una pipa de agua. ¡No te pierdas esta experiencia!
El día siguiente lo dedicamos a la zona occidental de la ciudad, donde se encuentra el Palacio de Topkapi, antigua residencia del Sultán, que actualmente es museo. Visitamos el extraordinario Salón del Harén, que se conserva intacto desde hace más de un siglo… Un viaje en el tiempo, cuando las decenas de mujeres del monarca competían por ser las favoritas… Después de visitar el palacio, admiramos la extraordinaria Mezquita Azul, con sus seis elegantes minaretes y sus innumerables cúpulas que se superponen unas a otras para deleite de la vista…
¡Ya es hora de comer! nos disponemos a subir las empinadas calles del barrio Sultanahmet para dirigirnos al Gran Bazar, donde hay infinidad de puestos con delicias de la comida oriental. Elegimos un donner kebab con jocoque y tabule. ¡Delicioso! Después de comer nos adentramos por las laberínticas calles del bazar, donde se pueden adquirir exóticas telas, artesanías, antigüedades o los tradicionales tapetes turcos. Que no te de pena regatear, ¡están acostumbrados! Finalmente, ya cansados, nos disponemos a disfrutar de un relajante baño de vapor y masaje en el Hamam Cagaloglu, contiguo al Palacio Topkapi. Es uno de los baños más tradicionales de la ciudad y tiene sección de hombres y de mujeres. Para terminar el día nos deleitamos con una cena a los pies de la Torre Gálata, en alguno de sus excelentes restaurantes con vistas nocturnas del canal y los barcos que lo surcan sin cesar.
Como alojamiento, elegimos el hotel Pera Palace, construido en 1895 y famoso porque en él se alojaban normalmente los pasajeros del legendario Orient Express, tren de vapor que recorría todo el continente europeo, desde Londres hasta el exótico Estambul. Es un pequeño lujo, pero vale la pena… ¿Te animas?
Maurizio Cao